No cabe en mis ojos la inmensidad del mundo No tengo sentidos para tan cruel y bello delirio Solo busco un respiro Nada más hallo un viento látigo hecho abrigo No basta mi amor para tanta furia No tengo espacio para mi dolor anestesiado El mundo inmenso cae ante mi cuerpo vencido Subyuga mis latidos Solo pierdo la razón en sus formas que restauro Porque no soy capaz de quitarme este mundo Menos aún de contemplar sus silencios Sus resistencias a mis palabras De su compasión mis esperanzas De mi impresión su inagotable templanza No cabe en el mundo el cuerpo que desato No tiene espacio ni tiempo
Solo un devenir De andar aplazado.
Eliminemos los tiempos, no aplacemos ni por un segundo nuestro encuentro con la naturaleza, nuestro envolvimiento dentro de ese viento que todo derriba, pero a la vez todo empuja. Dejémosnos llevar.
ResponderEliminarSeamos libres, que lo demás, no importa nada.